Donatella es la pequeña de los hermanos Versace, que vivían en lago Como, en Italia. El hermano más creativo de todos, Gianni Versace, convirtió a su hermana pequeña en toda una musa, y así fue en todos sus años de vida. Donatella siguió cada uno de sus pasos mientras iba aprendiendo conocimientos de diseño. Mano a mano, llevaron a la casa Versace hacia lo más alto.
El vestido negro de cuero que llevó Donatella Versace en la Met Gala de Nueva York en 1993, fue uno de los diseños de su hermano Gianni Versace y se convirtió en todo un icono de estilo. Un vestido negro, provocativo, que realzaba su figura y personalidad, una inspiración bondage que hizo historia.
Las relaciones públicas las aprendió de su hermano Gianni Versace. En el año 1990, la fiestas de las que más se hablaban eran en las que estaba Donatella, siempre rodeada de todo tipo de las celebridades más queridas del momento como Elton John, Naomi Campbell, Prince, Karl Lagerfeld, entre otros. La diseñadora era partidaria de utilizar a las figuras más reconocidas del momento en su publicidad y en las pasarelas. Sin perder nunca un ápice de glamour y estilo excepcionales.
Cuando asesinaron a su hermano Gianni Versace en el año 1997, Donatella estaba hundida. Pero con ayuda de su hermano mayor, Santo Versace, retomaron la casa de costura, y ella se convirtió en la directora creativa de Versace. Una época de su vida que a pesar de ser muy triste, lo que marcó sus diseños fueron los brillos y vestidos ceñidos. Lo representaba tanto en sus colecciones como en su propio estilo en los eventos a los que asistía siempre rodeada de grandes amigas como Cher y Madonna, quienes acompañaron a la diseñadora, al homenaje de su hermano Gianni con una exhibición de todo su trabajo en el Museo Metropolitan, uno de los rincones donde se grabó «Gossip Girl» en Nueva York, entre otras series, películas, incluso eventos de prestigio como la Met Gala.
En junio de 1999, la diseñadora Donatella Versace se puso un collar de diamantes en forma de gargantilla, acompañado de un vestido a juego para organizar un desfile de moda benéfico en Londres al que acudió el príncipe Carlos.
Donatella siguió el camino de su hermano y utilizó grandes figuras de Naomi Campbell o Kate Moss para llevar la firma a la cima. Los brillos se convirtieron en un símbolo de la casa y todo un homenaje a Gianni Versace. Así lo representó también en las pasarelas.
La búsqueda de la perfección se convirtió en la obsesión de la diseñadora. Es así como consiguió convertirse en una figura icónica y reconocible alrededor del mundo. Quería que en sus prendas se representara su propio estilo, por eso ha cuidado siempre cada uno de los detalles que hacían a las prendas únicas y personales.
Un estilo caracterizado por las prendas que realzan la figura, pero aportándole elementos más extravagantes para elevar cualquier aspecto a uno futurista. Un estilo al que le ha adherido las mezclas que más le gustaban a su hermano Gianni Versace, quien adoraba el color, los accesorios brillantes o estampados con detalles urbanos y excéntricos; además de saber mezclar perfectamente materiales y texturas, desde el cuero, pasando por la seda, el metal o la malla. Algo que Donatella aprendió y que desde que falleció, quiso incorporar también en sus colecciones.
La diseñadora recibió múltiples halagos por el vestido que firmó para Michelle Obama. Un vestido largo en oro rosado con un cuello asimétrico y una zona drapeada en la cintura. Un vestido en la línea Versace, símbolo de sensualidad y extravagancia que sirvió para inspirar y empoderar a mujeres de todo el mundo.
La diseñadora acudió a la fiesta de los Premios de la Academia de la Fundación Elton John contra el SIDA, en Los Ángeles. Donatella lució un vestido azul hielo para asistir al evento, fiel a su estilo, brillante y ajustado, realzando su figura, acompañado del color de pelo rubio platino icónico de la diseñadora.
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